El martes vino el papá de Elisa y todos acabaron agotados. Empezaron con un poco de calentamiento, luego estiramientos y cuando estaban preparados y ya cansados, comenzó la tabla de gimnasia. Pusieron música para animarse y terminaron con mas estiramientos. La maestra quedó muy agradecida porque a la sesión siguiente ni se movieron... estaban rendidos.
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